Paisajes Líricos: Luna Roja
Solo los amantes sobreviven.
Misteriosa y espeluznante teoría cuántica del entrelazamiento:
incluso desde dos lugares opuestos del universo,
a años luz de distancia,
presienten la misma luna.
Luna roja en Tánger y en Detroit,
la misma luna roja que nos devoró hace siglos.
Un soplo helado, danza fúnebre,
silba en las copas afiladas de los pinos.
Ruge la luna roja,
despierta el deseo enajenado y felino.
Un jadeo frío en la nuca,
la cabeza hacia atrás rendida,
y el cuello de blanca tumba.
Dentellada del alba hendida en la noche.
Gime a borbotones la sangre entre nuestras bocas,
hambrienta rigidez de sus miembros anuncia los dulces estertores.
Cruel y ávido éxtasis de eternidad.
Se elevan, se elevan las sombras alargadas de los cipreses,
lapidando la noche inmortal,
arañando el eco muerto de los siglos.
Estaca vespertina de una traición,
clávate muy hondo, que aún respira.
En su tálamo nupcial,
como los peces en la marea negra,
aún respira.
¿Podrían las frágiles criaturas de la noche
sobrevivir a la desolación del amor?
S V Ƨ
Vanessa Jiménez Herrera

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